Sobre el tema la directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala afirmó que la cooperación en el ámbito comercial y la adopción de medidas por parte de la institución que dirige ayudarían a acelerar el aumento de la didponibilidad de vacunas.
La escasez de suministros de inyectables contra la COVID-19 ha llevado a una situación en la que alrededor de 60 países pueden avanzar en la inmunización, mientras 130 países esperan a que la gente muera, dijo en la Cumbre Mundial de Fabricación y Cadena de Suministro de Vacunas C19.
Tal situación es moralmente inconcebible, aseguró, y prolongaría la pandemia y causaría daños económicos a todos las naciones, por lo que en lugar de restringir las exportaciones y aumentar los precios es importante cooperar en el tratamiento a este problema de los bienes comunes globales.
No obstante, Okonjo-Iweala ve esperanza en las primeras entregas de vacunas a países en desarrollo por parte de la iniciativa Covax, un mecanismo mundial para la adquisición y distribución equitativa de vacunas contra la COVID-19, aunque los volúmenes de producción y entrega son demasiado bajos.
‘Aumentar la producción a corto plazo significa aprovechar al máximo la capacidad de fabricación existente. La experiencia reciente sugiere que la reutilización de las instalaciones y su verificación de seguridad y calidad puede suceder en seis o siete meses, menos de la mitad del tiempo que se pensaba anteriormente’.
Los debates durante la conferencia reflejaron tres obstáculos para incrementar la producción: escasez de materias primas, carencia de personal calificado y experimentado y problemas de la cadena de suministro vinculados a restricciones y prohibiciones de exportación, así como burocracia excesiva.
La directora de la OMC recordó que la organización establece que las limitaciones a la exportación se apliquen temporalmente para prevenir o aliviar la escasez crítica de productos esenciales, por lo que los miembros deben proporcionar plazos para cuándo se eliminarán gradualmente.
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