El Consejo de Monumentos Nacionales (CNM) decidió retirar la estatua ecuestre para someterla a un proceso de restauración, por el deterioro estructural que presenta, lo cual implica un riesgo para las personas.
Desde el estallido social de octubre de 2019, cuando la plaza Baquedano se convirtió en epicentro de las protestas populares, el monumento se llenó de letreros con consignas de todo tipo que una y otra vez fueron cubiertas por las autoridades con capas de pintura.
Pero el 5 de marzo, en medio de una manifestación, fue incendiado, y el 8 de marzo encapuchados intentaron derribarla aserrando las patas del caballo.
El tema cobró mayor relevancia cuando el Ejército emitió un comunicado calificando de cobardes desadaptados y antichilenos a quienes atentaron contra el monumento.
El pronunciamiento fue considerado desde amplios sectores de oposición como una abierta y peligrosa beligerancia de las Fuerzas Armadas, lo cual está expresamente prohibido, e incluso opinaron que el presidente Sebastián Piñera debió pedirle la renuncia al comandante en jefe del ejército.
La decisión del CNM generó inmediatas reacciones y desde la derecha, el senador Francisco Chahuan, del partido Renovación Nacional, criticó al Gobierno de debilidad por no defender el monumento de quienes calificó de vándalos que intentan acabar con la historia de Chile.
En tanto, el presidente del Partido Socialista, Álvaro Elizalde, propuso una consulta ciudadana para resolver el futuro de la escultura, y que la población decida qué símbolos deben estar en la plaza, lo cual –dijo- tiene relación directa con los acontecimientos de los últimos años.
Este jueves algunas decenas de militares en retiro acudieron a rendirle homenaje al monumento y más tarde militantes del Partido Republicano, de extrema derecha, hicieron lo mismo, lo que terminó en enfrentamientos verbales con partidarios de que la figura ecuestre sea retirada del lugar, mientras por la tarde hubo otros altercados.
Incluso el presidente Sebastián Piñera intervino en el asunto y aseguró que tras su reparación la estatua ‘volverá al lugar que le corresponde’.
Para analistas, este episodio es reflejo de la polarización existente en la sociedad chilena, pues los militares consideran a Manuel Baquedano su paradigma y para el gobierno es un símbolo ‘por su tremendo aporte’ a la historia del país, según palabras de Piñera.
En cambio, otros sectores interpretan de forma distinta el aporte de Baquedano, por ser el artífice de la victoria en la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia que finalizó con el despojo de territorios de esos dos países, y de la ocupación de La Araucanía, la cual generó un conflicto con el pueblo Mapuche que continúa hasta hoy.
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