Como en todo el planeta, la semana comenzó con las celebraciones por el Día Internacional de la Mujer, durante el cual las chilenas salieron a las calles en todo el país al llamado de la potente Plataforma Feminista 8M, a la que sumaron su apoyo sindicatos, partidos políticos y otras organizaciones.
Las chilenas conmemoraron la fecha exigiendo derechos como recibir igual salario que los hombres por el mismo trabajo, el aborto libre y legal y el rechazo a la discriminación de que son víctimas en las más amplias esferas de la vida social, productiva y familiar.
Pero también, con reclamos que abarcan a todos los sectores, como salud y educación de calidad, pensiones dignas, el fin de las inequidades y el cambio del modelo neoliberal por otro más equitativo y sustentable, que demuestran la vigencia de las demandas que millones expresaron durante la revuelta social iniciada en octubre de 2019.
Precisamente, en busca de esos cambios se plantean los comicios del 11 de abril, en los cuales todas las miradas están puestas en la elección de los 155 miembros de la convención que redactará una nueva Constitución.
Con vistas a ese proceso, durante la semana el parlamento aprobó que esa maratónica jornada, en la cual también serán elegidos alcaldes, concejales y gobernadores regionales, se efectúe en dos días –el sábado 10 y el domingo 11-, para evitar posibles contagios de Covid-19 por las posibles aglomeraciones en los centros de votación.
También comenzó este viernes la franja televisiva de la campaña electoral, en la cual organizaciones sociales, partidos políticos y candidatos independientes exponen sus propuestas y buscan captar el favor del electorado.
Pero la mayor atención en el debate político la acaparó la retirada el viernes de la estatua del general Manuel Baquedano de la céntrica plaza del mismo nombre, en esta capital, por decisión del Consejo de Monumentos Nacionales para restaurarla, y cuya remoción genera una aguda controversia entre partidarios y opositores a esa medida.
Para analistas, esa polémica es reflejo de la polarización existente en la sociedad chilena, pues los militares consideran a Manuel Baquedano su paradigma y para el gobierno es un símbolo ‘por su tremendo aporte’ a la historia del país, según palabras del presidente, Sebastián Piñera.
Otros sectores valoran de forma muy distinta la impronta de Manuel Baquedano, por ser el artífice de la victoria en la Guerra del Pacífico contra Perú y Bolivia que finalizó con el despojo de territorios de esos dos países, y de la campaña por la ocupación de La Araucanía, que generó un conflicto con el pueblo Mapuche que perdura hasta hoy.
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