Patricia Priego, su compañera de toda la vida, dijo que al momento de morir Rodríguez escribía un nuevo libro y preparaba una exposición, lo cual constituye una pérdida adicional para el gremio de fotógrafos y periodistas.
Su colega Alberto Tovalín, quien trabajó en varios proyectos con el pionero de la historiografía de la foto en México, dijo en el sepelio que Rodríguez era de las personas más honestas que conoció en su vida profesional, hiper objetivo y verdadero apasionado de la imagen.
Expresó que la fotografía mexicana se define con un antes y un después de José Antonio Rodríguez por su gran y largo trabajo de rescate de fotógrafos, no sólo mexicanos, sino de muchos extranjeros.
Rodríguez realizó un sinnúmero de investigaciones y dirigió por más de 20 años la revista Alquimia, del Sistema Nacional de Fototecas del Instituto Nacional de Antropología e Historia.
ga/lma