Este tiempo de prueba puede convertirse en un momento de decisiones sabias y visión de futuro para bien de la humanidad, dijo el sumo pontífice en un diálogo con el vaticanista, Doménico Agasso, base de un libro del cual el periódico turinés difundió algunos fragmentos.
Al referirse a las urgencias, apuntó que ‘no podemos seguir aceptando impasibles las desigualdades y daños al ambiente’ y afirmó que la salvación de la humanidad pasa por un nuevo modelo de desarrollo, el cual tenga como aspecto indiscutible la convivencia entre los pueblos y la armonía con la Creación.
Cambiando los estilos de vida que obligan a millones de personas, sobre todo niños, a ser prisioneros del hambre, podremos conducir una existencia más austera que haría posible una distribución equitativa de los recursos, puntualizó.
Ahora, precisó, se trata de reconstruir a partir de los escombros y esa responsabilidad recae enormemente en quienes tienen cargos de gobierno, aunque, acotó, ‘cada uno de nosotros, no sólo los gobernantes, estamos llamados a erradicar la indiferencia, la corrupción y connivencia con la delincuencia’.
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