Además de los tiros esporádicos, varias calles se encuentran bloqueadas con neumáticos en llamas y amenazan con extender su movimiento.
En declaraciones a la prensa aseguraron estar decididos a encontrar los cuerpos de sus hermanos de armas.
En las calles reina la tensión y muchos transeúntes y comerciantes locales se apresuran a regresar a sus casas, mientras las escuelas cerraron sus puertas más temprano, según constató Prensa Latina.
También se unieron simpatizantes al movimiento que critican la actuación de las autoridades y piden la dimisión de los responsables.
El viernes pasado un grupo de la policía especializada irrumpió en Village de Dieu, una comuna de la entrada sur de la capital, bajo la influencia de bandas armadas, y en la cual se registra un alto número de secuestros, mientras las fuerzas de seguridad intentan sin éxito retomar el control de la zona.
Cuatro oficiales murieron y las imágenes de sus cuerpos mutilados y violentados recorrieron las redes sociales, lo que causó indignación en la población. Además, otros ocho resultaron heridos, de ellos tres precisaron intervenciones quirúrgicas y se recuperan en el hospital.
Los directivos policiales no ofrecieron información sobre el operativo, sin embargo, este lunes el oficial Lionel Lazarre aseguró a la prensa que un inspector general de ese cuerpo boicoteó la operación que condujo a la muerte de cuatro agentes.
El presidente Jovenel Moïse calificó los hechos de ‘repugnantes’ y prometió responder contra las bandas responsables.
Por su parte, Naciones Unidas alentó al gobierno a esclarecer los sucesos y combatir la inseguridad e impunidad, asegurando que los responsables respondan a la justicia.
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