La planta de tratamiento que realiza esa función fue instalada en 2009 a través de una colaboración financiera entre el Banco de Desarrollo del Estado, de Alemania, y el gobierno nicaragüense, recordó el directivo al medio digital La Gente.
Se trata de una cantidad de agua muy importante y si no fuera por esta planta estaríamos vertiendo directamente al lago (también conocido como Xolotlán), agregó Barreda.
En 12 años de funcionamiento de esa instalación se infiere la enorme cantidad de carga contaminante que dejó de polucionar al espacio lacustre, cualificado por el valor paisajístico que aporta a la capital de Nicaragua.
La casa bancaria alemana que contribuyó a financiar el proyecto, en la actualidad lo comparte a nivel internacional como un ejemplo de depuración de aguas residuales, comentó Barreda.
En la política medioambiental aplicada al espacio lacustre también destacó la campaña para la retirada de empresas asentadas en las costas del lago y que vertían contaminantes como mercurio y plomo, señaló.
La Agencia de Cooperación Internacional del Japón estudia la posibilidad de financiar un proyecto para potabilizar el agua del lago de Managua, adelantó el directivo.
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