Según el Consejo de Ministros de Educación del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), esta situación genera desventaja en los sectores más vulnerables como personas con discapacidad, migrantes, comunidades indígenas y rurales, quienes carecen de acceso a internet para garantizar las clases virtuales.
Por ello instaron a los países miembros de la organización a promover diálogos entre profesores, alumnos y padres de familia, con el objetivo de apoyar la reapertura urgente, gradual y segura de los centros docentes en todos los niveles de enseñanza.
La directora para América Latina y el Caribe del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, Jean Gough, aseveró que Centroamérica no puede perder un segundo año escolar sin clases presenciales, pues cada día de clausura de los colegios pone en riesgo la educación de aquellos que no tienen acceso a internet y no cuentan con el apoyo de sus padres en casa.
A juicio de los expertos, el cierre de las escuelas va más allá de la garantía del derecho a la educación, pues resulta el espacio donde muchos reciben su única comida nutritiva del día, tienen seguridad y protección, socializan y desarrollan sus habilidades para la vida.
La víspera, el Consejo de Ministros de Educación del SICA resaltó los esfuerzos de Nicaragua para mantener funcionando los planteles docentes, de Costa Rica y Guatemala que ya los abrieron, y el compromiso para la reapertura que iniciaron El Salvador y República Dominicana.
‘Los riesgos de mantener las escuelas cerradas superan los riesgos de tenerlas abiertas en términos de aprendizaje, impactos socioemocionales, repercusiones económicas y consecuencias para las familias’, precisaron en una declaración.
Por su parte, la directora de la Oficina Multipaís de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), Esther Kuisch, resaltó la importancia de retomar las clases presenciales y reabrir las aulas para evitar una catástrofe generacional.
‘En el continente más desigual del mundo, donde antes de la pandemia ya había casi 11 millones de niños, niñas y adolescentes fuera de la escuela, las pérdidas de los aprendizajes profundizan aún más las desigualdades y condicionan las posibilidades de lograr una vida digna’, afirmó.
Por eso, es fundamental priorizar y proteger la educación en las respuestas a la emergencia desde todos los aspectos, dijo Kuisch, quien aseveró que la Unesco seguirá acompañando a los Estados Miembros en aras de garantizar el acceso y pleno derecho a una educación de calidad, inclusiva y con equidad para todos.
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