Entre las amenazas a la seguridad hídrica del gigante norafricano, el titular mencionó la Gran Represa del Renacimiento Etíope y, en tal sentido, criticó las acciones unilaterales de Addis Abeba como el segundo llenado del embalse, previsto para el mes de julio próximo.
Otros retos son en la creciente demanda de agua y el cambio climático, apuntó el funcionario.
Para preservar y garantizar una distribución justa del líquido vital, el Gobierno encamina proyectos como la rehabilitación de siete mil kilómetros de canales, a un costo de 18 mil millones de libras egipcias.
El ministro declaró, además, que el parlamento aprobará un nuevo proyecto de ley, que prohíbe el desperdicio de los recursos hídricos.
Las actividades vedadas incluyen arrojar polvo o arcilla en las vías fluviales públicas, desagües pluviales y redes de agua.
La propuesta busca determinar también las áreas destinadas a la agricultura y regular las obras de riego y drenaje, comentó Abdel-Ati.
Egipto necesita unos 110 mil millones de metros cúbicos de agua al año
para satisfacer su consumo nacional, pero solo dispone de 80 mil
millones, más de la mitad proveniente del río Nilo.
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