En una carta al jefe de la Casa Blanca, el gobernante enfatizó que la región caribeña constituye la tercera frontera de Estados Unidos y es una de las más afectadas por la pandemia de la Covid-19, enfermedad causada por el SARS-CoV-2.
El gobierno norteamericano cuenta con decenas de millones de dosis almacenadas de la vacuna producida por Astrazeneca y que todavía no tienen la autorización de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para su uso de emergencia.
La semana pasada, la administración Biden expresó su propósito de entregar 2,5 millones de esos antídotos a México y 1,5 millones a Canadá, sus vecinos colindates.
En ese sentido, Browne sostuvo que si las poblaciones de esos dos países no se vacunan para lograr la inmunidad colectiva, la seguridad de los estadounidenses estaría en peligro y por la misma razón Washington no debe descuidar a los Estados de Caricom.
Insistió en que la pandemia causó en el Caribe una contracción del 30 por ciento de la economía y un aumento del 50 por ciento del desempleo, mientras que la pobreza se ha expandido y los ingresos disminuyeron vertiginosamente
Todo eso, dijo en su misiva, ‘nos ha obligado a incrementar la deuda en la que hemos tenido que incurrir a altas tasas de interés’.
Afirmó que la vulnerabilidad de los estados debe convertirse en un criterio importante en la provisión de vacunas, al advertir que muchos países del Caribe ‘están en peligro de colapsar debido a una esclerosis económica masiva’.
Browne llamó a abordar esa situación para evitar ‘un desmoronamiento de los sistemas de seguridad del que se aprovecharán narcotraficantes, lavadores de dinero, traficantes de personas y crimen organizado en detrimento de nuestros países y de Estados Unidos’, además de una oleada de refugiados.
Y subrayó a Biden que tenga en cuenta al Caribe en su plan de hacer que Estados Unidos sea más seguro, contribuyendo a la seguridad de sus vecinos.
jcm/vc