El CDU registra ocho puntos menos desde las parlamentarias de septiembre de 2017, para reportar el peor resultado desde febrero de 2000, cuando explotó un escándalo de cuentas secretas a cargo del entonces canciller federal saliente Helmut Kohl. De acuerdo con el instituto demográfico Forsa, citado por el medio de difusión RTL, el CDU queda ahora con 26 por ciento de apoyo popular, cuatro menos que hace una semana, cuando perdió otros cuatro en los comicios de dos estados federales.
La baja en el respaldo de los ciudadanos está muy relacionada con otro escándalo relacionado con manejos sucios en la venta de mascarillas sanitarias a la población, en medio de la pandemia de Covid-19.
En la encuesta, el CSU queda con 35 por ciento y pierde cuatro puntos, mientras que los liberales del partido FDP ganan dos y Los Verdes un uno por ciento.
Pero si las elecciones se realizaran ahora mismo, la alianza CDU/CSU obtendría el 26 por ciento de los votos y contaría en el Bundestag (Parlamento) con 205 bancas, de un total de 728, mientras que los Verdes tendrían 171.
De esa forma, los conservadores perderían 41 puestos y los Verdes, con un apoyo de 22 puntos, ganarían 104 asientos con relación al resultado obtenido hace cuatro años, destaca el estudio de opinión.
Los liberales podrían contar con el voto del 10 por ciento de los empadronados (10,7, en 2017) y controlarían así 78 escaños, al igual que la ultraderechista Alternativa para Alemania, en tanto la Izquierda estaría representada por 62 diputados.
Para formar una mayoría de gobierno, se necesita un mínimo de 376 bancas. La fórmula de conservadores y socialdemócratas, éstos últimos con 16 por ciento de intenciones de voto y posibles 124 asientos, llegaría solo a 329.
Otro esquema posible manejado por RTL se refiere a la unión de conservadores y verdes, para un total de 376 puestos, o el llamado semáforo de socialdemócratas, liberales y verdes, que llegaría a 373.
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