Brenta fundamentó esa convicción en el Presupuesto Nacional adoptado con recortes en partidas sociales, mientras en otros países se expande el gasto y reiteró el planteamiento de la fuerza política de pertenencia de un salario temporal de apoyo a sectores informales que ‘viven de la diaria’.
Uruguay tiene un porcentaje de informalidad del orden del 20 al 25 por ciento, de los más bajos de América Latina, y sus integrantes son los primeros que habría que atender para evitar que salieran a la calle en una pandemia.
En entrevista a la radio comentó que la formación oficialista Cabildo Abierto votó ese presupuesto y dos meses después al percibir que la crisis se profundizaba y pagaría un futuro precio electoral, planteó utilizar entre el 4,5 y cinco por ciento del Producto Bruto Interior, unos dos mil 500 millones de dólares.
Para el legislador frenteamplista es determinante apoyar a micros, pequeñas y medianas empresas para que no cierren, porque después es muy difícil reabrirlas ya que ‘las otras tienen espalda como para sostenerse’.
En este sentido desmintió planteamientos gubernamentales de que el país carezca de condiciones para poder enfrentar esta coyuntura, porque había créditos contingentes disponibles desde el principio de la gestión y ya ‘nadie en el mundo está mirando la situación fiscal de nadie’.
La economía uruguaya experimentó en 2020 una caída libre del 5,8 por ciento después de 17 años de crecimiento, de acuerdo con datos difundidos por el Banco Central (BCU).
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