Mediante un comunicado el Ministerio de Relaciones Exteriores de este país euroasiático pidió al bloque comunitario ‘cumplir con sus compromisos para evitar la influencia griega y grecochipriota en futuras decisiones’.
Tales declaraciones responden a posturas del mecanismo regional favorables a Grecia y Chipre, miembros de la UE, en torno a temas migratorios y territoriales, según Turquía.
Atenas y Ankara protagonizaron el pasado año un diferendo por el control de los recursos en el mar Mediterráneo, a debate por estos días tras una escalada que incluyó acciones diplomáticas y roces armados en la zona.
Escrito bajo la influencia de reclamaciones realizadas por varios estados miembros del bloque comunitario y con un pensamiento unilateral, el más reciente informe de la Comisión Europea al respecto fue bien acogido por el ejecutivo del mandatario Recep Tayyip Erdogan, según fuentes oficiales.
No obstante para Ankara, la UE carece de la autoridad para calificar de ilegales sus actividades en el Mediterráneo y esa postura supone posiciones afines a la parte griega.
De su lado el primer ministro griego, Kyriakos Mtsotakis, se mostró satisfecho con lo que calificó de doble mensaje del Consejo Europeo su declaración sobre Turquía en la que destaca que toda medida positiva es ‘reversible’ en función del comportamiento de Ankara.
Cualquier acción positiva puede revertirse si Ankara vuelve a mostrar un comportamiento transgresor’, afirmaron además fuentes gubernamentales helenas.
El informe de la UE elaborado por el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, incluye tanto medidas positivas como sanciones si Turquía retoma acciones que el bloque regional califica de unilaterales como la prospección de hidrocarburos en aguas cercanas a Grecia y Chipre.
La declaración conjunta recuerda, además, que este país debe cooperar en la lucha contra la inmigración ilegal y el retorno de migrantes sobre la base de la declaración conjunta, firmada hace cinco años, entre ambas partes.
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