Mucho de eso gira alrededor de la naturaleza de la globalización.
Nuestra generación ha estado condicionada para pensar en eso ampliamente en términos económicos. El sentido general es el del comercio, las finanzas, los servicios, la comunicación, la tecnología y la movilidad.
Eso expresa la interdependencia y la interconexión de nuestra era. Sin embargo, lo que la Covid-19 sacó a la luz fue la profunda indivisibilidad de nuestra existencia. La globalización real es más sobre pandemia, cambio climático y terrorismo.
Estos deben constituir el núcleo de las deliberaciones diplomáticas. Como vimos en el 2020, pasar por alto tales retos tiene un enorme costo.
A pesar de sus muchos beneficios, el mundo también ha visto fuertes reacciones a la globalización. En su mayor parte eso proviene de beneficios desiguales entre y dentro de las sociedades.
Los regímenes y las dispensas que no son conscientes de tales sucesos resultan, por tanto, retados. Debemos asegurarnos de que no se trate de ganadores y perdedores, sino de fomentar comunidades sostenibles en todas partes.
La Covid-19 también ha redefinido nuestra percepción de la seguridad. Hasta ahora las naciones pensaban ampliamente en términos militares, de inteligencia, económicos y, quizás, culturales. Actualmente no solo le darán más importancia a la seguridad sanitaria, sino que también se preocuparán grandemente por cadenas de suministros confiables y resilientes.
Las tensiones de la era de la Covid-19 sacaron a la luz la fragilidad de nuestra situación actual. Se necesitan motores de crecimiento adicionales para sacar a la economía global del riesgo, así como lo son, de hecho, más transparencia y viabilidad mercantil.
REFORMAR EL MULTILATERALISMO
Las instituciones multilaterales no han salido bien de esta experiencia. Muy independientemente de las controversias a su alrededor, no hubo ni siquiera intención de una respuesta colectiva a la mayor crisis global desde 1945. Esta es la causa para una grave introspección. Reformar el multilateralismo es esencial para crear soluciones efectivas.
Crear una respuesta robusta al reto de la Covid-19 dominará la diplomacia global en el 2021. De algún modo la India ha dado un ejemplo. Lo ha hecho al desafiar a los profetas de la fatalidad y crear los recursos sanitarios para minimizar su tasa de letalidad y maximizar su tasa de recuperación. Una comparación internacional de estos números cuenta su propia historia.
No solo eso, la India también dio el paso al frente como la farmacia del mundo al suministrar medicinas a más de 150 países, a muchos en forma de donaciones.
Mientras la India se adentra en el esfuerzo de vacunación masiva, ya se implementa la promesa del primer ministro Narendra Modi de que ayudaría a hacer que las vacunas fueran accesibles y asequibles para el mundo.
Los primeros envíos de las vacunas Hechas en la India han llegado no solo a nuestros países vecinos como Bután, Maldivas, Bangladesh, Nepal, Mauricio, Seychelles y Sri Lanka, sino también a socios mucho más lejanos como Brasil y Marruecos.
COMBATE CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO Y EL TERRORISMO
Otros retos globales fundamentales actualmente merecen similar atención. Como un participante central en el Acuerdo de París, la India se ha mantenido firme con respecto al combate contra el cambio climático.
Sus objetivos de energía renovable se han multiplicado, su superficie forestal ha crecido, su biodiversidad se ha expandido y su atención en la utilización del agua se ha incrementado.
Las prácticas perfeccionadas a nivel nacional son ahora aplicadas a sus asociaciones de desarrollo en África y otros lugares. Por medio del ejemplo y la energía la diplomacia india está indicando el camino, incluyendo a través de las iniciativas de la Alianza Solar Internacional y de la Coalición para Infraestructura Resiliente a Desastres.
El reto de contrarrestar el terrorismo y la radicalización también es formidable. Como sociedad sometida durante mucho tiempo a ataques terroristas transfronterizos, la India ha estado activa en el fortalecimiento de la conciencia mundial y el estímulo de la acción coordinada.
Será un enfoque esencial en la diplomacia india como miembro no permanente del Consejo de Seguridad y en foros como el Grupo de Acción Financiera Internacional (FATF) y el Grupo de los 20 (G20).
DOMINIO DIGITAL
El poder del dominio digital ha estado entre los aportes de la experiencia de la Covid-19. Ya sea para el rastreo de contactos o el suministro de apoyo financiero o alimentario, el centro digital de la India después del 2014 reporta resultados impresionantes.
La práctica del ‘trabajo desde cualquier lugar’ fue tan fuertemente potenciada por la Covid-19, como la del ‘estudio desde casa’. Todo esto ayudará a expandir las herramientas de los programas de desarrollo de la India en el extranjero y a brindar asistencia a la recuperación de muchos socios.
El 2020 también presenció el mayor ejercicio de repatriación en la historia -el regreso a casa de más de cuatro millones de indios. Solamente esto revela la importancia de la movilidad en los tiempos contemporáneos. A medida que la producción inteligente y la economía del conocimiento toman raíces más profundas, crecerá la necesidad de talento confiable. Facilitar este movimiento a través de la diplomacia responde al interés mundial.
Un regreso a la normalidad en el 2021 significará viajes más seguros, mejor salud, revitalización económica y servicios impulsados por la tecnología digital. Se expresarán en nuevas conversaciones y entendimientos. El mundo después de la Covid-19 será multipolar, pluralista y rebalanceado. Y la India, con sus experiencias, contribuirá a hacer la diferencia.
arb/mh/sj
(*) El autor es el ministro de Asuntos Exteriores de la India y autor de ‘The India Way: Strategies for an Uncertain World’ (La visión india: Estrategias para un mundo incierto).