Ese porcentaje representó un aumento de una decima en comparación con la etapa noviembre-enero, y rompió la tendencia lenta, pero favorable a la disminución, luego que el país alcanzara en julio un tope de 13,1 por ciento en ese negativo indicador.
Al analizar los datos Sandra Quijada, directora del INE, achacó ese aumento a que más personas se sumaron a la fuerza de trabajo y superaron la cifra de ocupados, lo que ‘genera una presión en el mercado laboral’.
Además el INE reflejó que en el período analizado solo se crearon 46 mil 200 puestos de trabajo, muy por debajo de los cerca de 100 mil informados en el trimestre móvil anterior.
Como es habitual, la peor parte la llevaron las mujeres, cuya tasa de desocupación alcanzó el 11 por ciento mientras que la de los hombres fue de 9,8.
En detalles, el INE señaló que la cifra de ocupados disminuyó 9,9 por ciento, mientras que la categoría de ocupados ausentes (aquellos que mantienen su trabajo pero sus empresas han recesado labores a causa de la crisis) creció 10,6, equivalente a 103 mil 523 personas.
Por categoría ocupacional, los principales descensos se observaron en asalariados formales (-5,4 por ciento) y asalariados informales (-19,5), mientras que la población fuera de la fuerza de trabajo (que desecharon salir a buscar trabajo) aumentó 17,3 por ciento.
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