Según la organización no gubernamental, otras cinco personas se encuentran desaparecidas e igual número resultaron heridas del 31 de marzo al 1 de abril, cuando asaltaron la zona grupos armados que integran la federación G-9 y aliados y acusados de estar cercanos al Gobierno.
De hecho, el expolicía Jimmy Chérizier, conocido como Barbecue y líder de la federación, confirmó un día después la autoría del ataque en una conferencia de prensa, y aseguró que fue una respuesta a las acciones cometidas contra su grupo, integrado por nueve bandas de Puerto Príncipe.
El informe de la Rnddh apunta que 22 viviendas fueron incendiadas, además de comercios, un depósito de alimentos y varios vehículos.
De igual manera, critica la laxitud de la policía que no asistió a los residentes, a pesar de los intensos disparos y las columnas de humo visibles desde varios kilómetros de distancia.
‘El letargo de los altos mandos de la Policía Nacional de Haití con respecto a los ataques armados contra la población de Bel-Air, más que su silencio ensordecedor, demuestra que es cómplice del G9 an Fanmi e Alye’, asegura el documento.
El ataque es el tercero en menos de dos años de Barbecue y en una zona conocida por ser bastón de la oposición.
Marie Yolene Gilles, de la Fundación Je Klere, señaló recientemente que los ataques tienen como objetivo romper la resistencia de Bel Air y disuadir a los residentes para que no se unan a las protestas antigubernamentales.
‘El ataque en Bel Air es una repetición de una serie de ataques de bandas cercanas al poder. Quieren tomar su control e impedir que los que se resisten al gobierno lo hagan’, dijo Gilles en declaraciones a la prensa.
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