En un acto por día nacional de la mujer, el mandatario reconoció el impacto de la violencia sobre las mozambiqueñas; pues ellas, afirmó, son las que más sufren con la guerra.
Los terroristas en Cabo Delgado ‘nos quieren intimidar’, pero el gobierno va a continuar la defensa del pueblo, remarcó el político, quien consideró ese fenómeno como un problema global en ascenso.
Según opinó, la preocupación de la gente es legítima, pero ‘nosotros, alegó, no elegimos esta guerra, nos la impusieron’.
A juicio de la Comunidad de Desarrollo de África Austral (SADC), los atentados del grupo Al Shabab en la región norteña de Mozambique demandan la concertación de esfuerzos a escala regional.
‘La SADC está profundamente preocupada por los continuos ataques terroristas en Cabo Delgado, especialmente por las vidas y el bienestar de los residentes que continúan sufriendo asaltos atroces, brutales e indiscriminados’, expresó este martes la organización, compuesta por 16 estados del continente.
Para mañana está prevista en Maputo una cumbre extraordinaria de los órganos de dirección de la SADC, la llamada doble troika, la cual reúne a Mozambique, Malaui, Tanzania, Botsuana, Sudáfrica y Zimbabwe.
El encuentro tiene como referente próximo el ataque del pasado 24 de marzo a la ciudad costera de Palma (Cabo Delgado), con saldo de decenas de muertos y el desplazamiento forzoso de miles de habitantes.
Un artículo, publicado por el sitio digital OrientalReview.org, llamó la atención sobre el interés de potencias extranjeras en el supuesto combate al terrorismo en África, en especial de Estados Unidos.
Escrito por Andrew Korybko, el texto recuerda que a principios de marzo el gobierno norteamericano clasificó al Al Shabaab de Mozambique como una organización terrorista global afiliada al ISIS (Estado Islámico).
En el caso de Mozambique, señaló el análisis, tiene la posibilidad de convertirse en uno de los principales exportadores mundiales de gas natural licuado en el futuro, si se aprovechan los vastos depósitos existentes en la alta mar de la región norteña que, de manera coincidente, están ubicados cerca de la actual zona afectada por terroristas.
Diversos analistas coinciden en la necesidad de contener los crecientes atentados en territorios africanos, pero el camino del intervencionismo de Occidente no parece ser el más idóneo. Tales miedos no existirían de manera creíble sin faltaran múltiples evidencias previas; ‘la historia demuestra que estas preocupaciones están completamente fundadas en un precedente establecido’, fundamentó el artículo en OrientalReview.org.
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