La principal organización agrícola italiana valoró que en 2020, un año de emergencia sanitaria y en comparación con el colapso general de la economía, entre los sectores solo se salvó el agroalimentario, con un valor en las exportaciones superior a los 46 mil 100 millones de euros.
Prandini aseguró que ese sector puede crear un millón de nuevos empleos verdes en los próximos 10 años para lo cual es necesario un cambio decisivo en la agricultura hacia la revolución verde, la transición ecológica y digital.
‘Tenemos que partir de nuestras fortalezas para reducir a la mitad la dependencia alimentaria del exterior’, alertó el directivo.
Argumentó que la alarma mundial provocada por la Covid-19 con los precios de los productos alimenticios básicos en niveles récord propició una mayor conciencia del valor estratégico que representa la alimentación.
Entre las enseñanzas de una etapa tan crítica Prandini señaló las necesidades de producir con garantías de calidad y seguridad, además de mostrar las debilidades presentes en Italia sobre las que resulta imprescindible intervenir para defender la soberanía alimentaria y reducir la dependencia del exterior.
El análisis de la organización desde su sitio coldiretti.it, sustentado en datos del Instituto Nacional de Estadística sobre la competitividad de los sectores productivos, reflejó que el pasado año los sectores textiles y la automoción registraron recortes drásticos y sólo la producción de las empresas del sector alimentario mantuvo su ritmo productivo y ‘se convirtió así en la primera riqueza del país’.
Para ese ente tal resultado es prueba de la avidez en las mesas de todo el mundo por los productos italianos, presencia que a pasar de la pandemia de Covid-19 creció un 1,7 por ciento en 2020 respecto al año anterior.
Contrario a ello, en igual lapso, descendieron las exportaciones de manufacturas para maquinarias en un 12,6 por ciento; las de textiles, confecciones y cueros cayeron un 19,5 por ciento y medios de transporte también bajó un 11,6 por ciento.
El crecimiento de la demanda de alimentos y bebidas en el exterior está impulsado básicamente por Alemania, como primer socio de Italia, seguido por Estados Unidos, con un 6,6 y 5,4 por ciento, respectivamente.
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