La Compañía de Participaciones en Concesiones (CCR) ganó el miércoles el derecho a asumir el control de 15 de las terminales disponibles en las regiones Sur y Central.
Situadas en la región norte, las restantes serán controladas por la empresa francesa Vinci Airports, que no vio superada su oferta inicial de 420 millones de reales (unos 75 millones de dólares) por los competidores.
De hecho, las licitaciones siguieron la agenda del gobierno del presidente Jair Bolsonaro, quien pretende contratar durante su mandato 260 mil millones de reales (cerca de cuatro mil 600 millones de dólares) en inversiones para los próximos 35 años, entre subastas, arrendamientos y renovaciones anticipadas.
Por segunda vez, la administración de Bolsonaro subasta aeropuertos pues en marzo de 2019 vendió otros 12 a empresas privadas y recaudó 420 millones de dólares.
Analistas aseguran que las desestatificaciones en Brasil están de forma directa relacionadas con el Consenso de Washington de 1989.
Este evento presentaba una serie de recomendaciones económicas que funcionaban como instrumento de presión internacional para la adopción del neoliberalismo.
Alertan comentaristas políticos que la privatización, además de no mejorar la eficiencia, amenaza la soberanía y la capacidad de desarrollo nacional.
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