La principal organización del sector agroalimentario en el país valoró que, en el segundo mes del año por primera vez desde el comienzo de la pandemia, los italianos se vieron obligados a recortar el gasto en alimentos, que se hecho significó un cambio radical en el sector alimentario.
Explicó en tal sentido que fue esa área económica la que mejor enfrentó los embates de la crisis sanitaria devenida económica provocada por la pandemia a partir de un incremento de las ventas minoristas también determinada por el mayor tiempo que los italianos pasaron en casa encerrados como medida para contener la propagación de la Covid-19.
En un análisis publicado en su página coldiretti.it, y a partir de datos del Instituto Nacional de Estadística sobre ventas minoristas, el ente agroalimentario señaló que las ventas de alimentos bajaron en febrero, respecto al año anterior, tanto en las grandes minoristas (-6,1 por ciento) como los pequeños comercios (-2,9 por ciento) e incluso en las tiendas de descuento (-1,5 por ciento).
Coldiretti atribuyó ese descenso al ‘efecto dramático de la presencia en Italia de 5,6 millones de personas en pobreza absoluta’ que representan un millón más que el año pasado, y de hecho es también un récord negativo desde principios de siglo.
Entre los nuevos pobres -apuntó- están los que perdieron su empleo, los pequeños comerciantes o artesanos obligados a cerrar sus negocios; así como los empleados sumergidos, carentes de subsidios o ayudas públicas.
Al respecto mencionó una iniciativa de la cual es parte junto con Filiera Italia y Campagna Amica a través de la cual apoyan a 20 mil familias con la oferta de un paquete de 50 kilos con productos todos de facturación italiana.
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