El esquema elaborado por la Fuerza de Tarea Global asignará un luz – verde, amarilla o roja – en dependencia de factores de riesgo como el porciento de personas vacunadas, tasa de contagios, existencia de variantes del virus, acceso a datos científicos confiables y capacidad de realizar secuenciación genómica.
En todos los casos, los viajeros tendrán que presentar pruebas con resultados negativos a la Covid-19, tanto antes de partir como al retornar al Reino Unido, aunque la cuarentena solo será obligatoria para quienes lleguen procedentes de países clasificados como amarillo y rojo.
El sector turístico considera, sin embargo, que el alto costo de las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa o PCR para detectar el coronavirus SARS-CoV-2 impedirá que la mayoría de las familias británicas pueda disfrutar de unas vacaciones veraniegas en el extranjero.
Ante la avalancha de quejas, el ministro de Transporte, George Shapps, se comprometió este viernes a hacer todo lo posible por abaratar el precio de esos exámenes, actualmente en el rango de los 160 dólares cada uno.
De acuerdo con el funcionario, entre las opciones que se barajan estarían que el gobierno suministre las pruebas rápidas que las personas deben hacerse antes de retornar al Reino Unido y negociar con los laboratorios privados para reducir el precio de los PCR.
El gobierno británico espera levantar la prohibición de los viajes no esenciales al exterior a partir del 17 de mayo, como parte de la hoja de ruta para salir de la cuarentena vigente en Inglaterra desde enero pasado.
Shapps aclaró, no obstante, que la lista de países ‘verdes’, ‘amarillos’ y ‘rojos’ no será anunciada hasta principios del mes próximo.
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