‘Fueron once meses, casi un año, tristes para los bolivianos’, añadió la titular en la Reunión del Área de Comunicación e Información de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos.
‘Aquellos que tomaron por asalto al Gobierno de mi país, con la Biblia en una mano y la metralla en la otra, solo dejaron muerte, persecución y sufrimiento en nuestras familias’, sostuvo la viceministra en el encuentro.
Según Alcón, durante el régimen de Áñez la libertad de expresión estuvo bajo amenaza, no solo para los periodistas, sino para la población en su conjunto, debido a las restricciones impuestas.
Esa forma de comunicación actuó tras el golpe de Estado de noviembre de 2019 bajo advertencias sobre sanciones económicas y la censura a medios como las radioemisoras de los pueblos originarios, afirmó.
‘Los medios de comunicación tradicionales y las redes sociales se convirtieron en la punta de lanza de la conspiración’, subrayó.
De acuerdo con la funcionaria, esa estrategia estaba destinada a establecer y posicionar en la población boliviana una narrativa para hacer creer que el país bajo la presidencia de Evo Morales devino dictadura.
Para lograrlo, aseguró, los golpistas inventaron hechos de corrupción, de incumplimiento de los mandatos constitucionales y de control de los órganos del Estado por parte del Ejecutivo.
Para Alcón, sin embargo, ‘el enemigo interno y externo no está derrotado. Tenemos que estar alertas para seguir enfrentando nuevas batallas’, alertó.
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