Egipto exige un acuerdo legal vinculante para regular los procesos de llenado y operación del embalse etíope, expresó el canciller vía telefónica.
Las medidas unilaterales de Etiopía afectarán la estabilidad y seguridad de la región, precisó el diplomático, quien se refirió a la decisión de Addis Abeba de completar la segunda fase del acaparamiento de agua en el mes de julio próximo.
El jefe de la diplomacia egipcia insistió en la importancia de que las Naciones Unidas y sus órganos contribuyan a la reanudación de las negociaciones y respalden la mediación de la Unión Africana.
La cancillería también envió cartas sobre el tema a los presidentes del Consejo de Seguridad y de la Asamblea General, donde explica cada etapa de las conversaciones tripartitas, así como las dimensiones de la disputa.
El gigante norafricano depende en un 85 por ciento del Nilo para suplir el consumo nacional y encuentra en la GERD una amenaza a su suministro de agua.
Las últimas reuniones entre El Cairo, Jartum y Addis Abeba, celebrada los días 4 y 5 de abril, culminaron sin resolver los asuntos más polémicos.
El presidente Abdel Fattah El-Sisi recalcó el 30 de marzo pasado que la vía principal de su país para superar las diferencias es el diálogo y no la enemistad, con sus efectos negativos intolerables. Sin embargo, ‘nadie tocará una gota de agua de Egipto’ aseguró.
Los esfuerzos del gobierno por internacionalizar el conflicto de la represa alcanzan a los ciudadanos egipcios de la diáspora, a quienes han convocado para exigir sus derechos soberanos sobre el segundo río más largo el mundo.
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