Los docentes amenazaron con extender su movimiento si las autoridades no toman medidas, y unirse al llamado a paro laboral de varios sindicatos del gremio para exigir mejores condiciones de trabajo.
La huelga ocurre cuando Haití experimenta un marcado deterioro de la seguridad, aumento de secuestros, asesinatos, y masacres de bandas armadas en barrios vulnerables.
Este fin de semana al menos dos policías fueron asesinados en la capital, y otras tres personas murieron en Carrefour, comuna situada en la salida sur de Puerto Príncipe.
La víspera cumplieron una semana secuestrados siete religiosos, entre ellos dos franceses, presuntamente a manos de a pandilla 400 Mawozo en Croix des Bouquets, suburbio situado a unos 10 kilómetros del centro de la capital.
Por su parte, el Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos registró 157 secuestros en los primeros tres meses del año, mientras el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, reveló que los asesinatos, lesiones, violaciones y secuestros contra niños y mujeres aumentaron un 62 por ciento en el país.
En señal de protesta contra la criminalidad, la Iglesia Católica suspendió todas sus actividades en pasado jueves, y se unieron comercios, escuelas, y la transportación colectiva.
El auge de la inseguridad precipitó la renuncia del primer ministro Joseph Jouthe, a quien lo sustituyó en el cargo el también canciller Claude Joseph. El funcionario prometió combatir el fenómeno y el pasado viernes dictó sus primeras medidas.
mem/ane