En Alemania cerca de ocho mil ciudadanos se manifestaron en esta jornada, según cálculos de las fuerzas de seguridad, mientras el Bundestag, Camara Baja del parlamento, debate una enmienda a la ley de protección contra infecciones.
Más de 40 personas resultaron detenidas por violar las normas de distanciamiento social o no usar mascarillas, de acuerdo con informes de la Policía local.
Un Tribunal administrativo de Berlín, mantuvo la prohibición de manifestación al movimiento ‘Querdenker’ (pensamiento lateral), dirigida contra las fuerzas del orden público y la política antiCovid-19.
Más de dos mil agentes policiales protegen el edificio legislativo y la famosa Puerta de Brandeburgo y no se descarta el uso de chorros de agua para dispersar las protestas.
En Suiza, entretanto, las manifestaciones son cada vez más recurrentes y, según la prensa local, trascurren de forma pacífica en ciudades como Schaffhausen, Altorf y Liestal.
Mientras, en Bosnia y Herzegovina los ciudadanos retornaron a la calles bajo la consigna de ‘La lucha por la vida’ para expresar su descontento por la gestión de la pandemia, especialmente por la lentitud de la campaña de vacunación.
Desde el pasado día 6 los manifestantes exigen la renuncia del Gobierno, piden el nombramiento de un nuevo Consejo de Ministros y solicitan un plan de acción ‘claro y aplicable’ para combatir la Covid-19 en un plazo de 14 días.
En tanto en Dinamarca y bajo la consigna de ‘Soy fan de la libertad; las restricciones son ridículas’, los llamados hombres de negro, desfilan en defensa de lo que consideran su derecho a la libre circulación, sin mascarillas, tests, ni vacunas, según la prensa local.
Los ‘hombres de negro’, están asociados a sectores marginales, de acuerdo con fuentes gubernamentales de ese país, donde la confianza popular en las autoridades es una de las más altas del mundo, según Eske Vinther Jensen, analista para una empresa investigadora de redes sociales.
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