Según notificó el Centro Científico tecnológico de Valparaíso, la instalación estará emplazada en el desierto de Atacama, en el norte del país, donde se ubican otros importantes complejos internacionales para la observación del espacio extraterrestre.
El objetivo de este emplazamiento científico será la observación de los rayos gamma de más alta energía provenientes del cosmos, que se producen durante las explosiones de supernovas o en los núcleos de las galaxias, y que no son observables por los telescopios ópticos u otros ya existentes.
El académico Claudio Dib, uno de los científicos chilenos que participan en el CTA, explicó que los rayos gamma de más alta energía son poco frecuentes y sólo pueden captarse indirectamente desde la tierra, para lo cual se requiere cubrir una gran superficie como la de este complejo que tendrá dos kilómetros cuadrados.
Dib abundó que con esta instalación ‘lo que vamos a aprender está en la frontera del conocimiento, cosas que todavía no sabemos que podemos descubrir’.
Permitirá entender mejor los mecanismos de aceleración de los rayos cósmicos; sobre qué partículas componen la materia oscura del universo, o hacer pruebas más exigentes a la teoría de la relatividad entre otros temas.
Con más de mil 500 científicos de cerca de 200 instituciones de 31 países, la construcción de CTA representa también una posibilidad de desarrollo para Chile, pues proyectos como este estimulan la producción de tecnología de vanguardia y la formación de especialistas de alto nivel, opinan expertos.
Los datos recolectados con las observaciones del CTA chileno, cuyo comienzo se prevé en 2025, serán complementados con los que se obtengan en las instalaciones de CTA-Norte, instalación con similares objetivos ubicada en La Palma, en Islas Canarias, en España.
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