Los hechos los desencadenó el supuesto intento de secuestro de dos de los hijos del dictador, cuyo coche fue atacado ese mismo día por cuatro hombres armados. El conductor y los dos guardaespaldas murieron de sendos disparos, mientras los niños lograron escapar.
En represalia Duvalier convocó a los Voluntarios de la Seguridad Nacional, conocidos por los Tonton Macutes, una poderosa fuerza paramilitar que se dirigió contra los oficiales del ejército sospechosos de conspirar contra el presidente.
Aún no se confirmó el número de muertes, pero historiadores coinciden que durante los sucesos perdieron la vida casi un centenar de personas, entre ellos un bebé de nueve meses de edad.
Durante el sangriento operativo incendiaron viviendas con sus ocupantes dentro, secuestraron niños y familias enteras fueron arrestadas, torturadas, asesinadas y desaparecidas.
Quienes no murieron ese día, perecieron después en las mazmorras de Fort Dimanche, donde apresaron a centenares de opositores.
En 1986, veintitrés años después de los hechos, y tras la caída del régimen, una marcha conmemorativa también terminó en masacre.
En el último tramo de la movilización, frente a la prisión de Fort Dimanche, la policía disparó contra la multitud, cobrando la vida de 11 personas e hiriendo a varias decenas. Los participantes exigían que el sitio fuera transformado en un lugar conmemorativo de la memoria de los desaparecidos de la dictadura de Duvalier.
En 2015, el Gobierno de Michel Martelly, declaró el 26 de abril como Día del Recuerdo de las Víctimas de Fort Dimanch, como tributo a quienes perdieron la vida allí.
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