Especialistas del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios se encuentran sobre el terreno con el fin de evaluar daños y crear estrategias.
Así informó el portavoz adjunto del secretario general de Naciones Unidas, Farhan Haq, y detalló que varios de ellos tienen experiencia en geología, manejo de cenizas, contaminación ambiental y respuesta ecológica.
En la actualidad, señaló el vocero, la calidad del aire, la gestión de las cenizas y la contaminación del agua y el suelo relacionadas con la actividad volcánica figuran entre las principales preocupaciones.
Otros desafíos incluyen el saneamiento en los refugios, el uso excesivo de plásticos, así como la gran cantidad de desechos generados por los esfuerzos de socorro en curso, añadió.
La seguridad alimentaria y los medios de vida están afectados debido al impacto de las continuas erupciones en el sector agrícola, la ganadería, los ecosistemas marinos y el ecoturismo, detalló.
Según precisó Haq, la mayor parte del equipo de la ONU se encuentran en San Vicente y las Granadinas, donde las erupciones de La Soufrière han ocasionado una grave crisis humanitaria.
El volcán continúa en erupción y todo ese país caribeño permanece en el nivel de alerta roja.
La Soufrière entró en erupción el pasado 9 de abril y desde entonces forzó el desplazamiento de más de 20 mil personas hacia islas vecinas y sitios protegidos.
Ante la emergencia, las Naciones Unidas, la Comunidad del Caribe, los miembros de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América-Tratado de Comercio de los Pueblos, entre otras entidades y Estados enviaron recursos y asistencia.
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