Bajo el lema ‘Pan, trabajo, salud y dignidad’, la movilización resulta una celebración adelantada del Primero de mayo, Día Internacional de los Trabajadores, aunque sin el despliegue de las grandes manifestaciones callejeras de otros años, debido a la pandemia de Covid-19.
A juicio de sus promotores, la huelga será una demostración del descontento y malestar de la clase trabajadora y de la población en general ante lo que califican de indolencia y avaricia del Gobierno.
El Ejecutivo, plantea una declaración de la CUT, ha sido ineficiente y errático en el control de la pandemia, cobrándose con ello miles de vidas humanas, y no ha dudado en salvaguardar los intereses de las grandes empresas, sumiendo al país en una profunda crisis económica y social.
Entre las demandas principales de la CUT en esta jornada de reivindicaciones figuran el reclamo de un salario mínimo de 500 mil pesos chilenos (unos 700 dólares), y una Renta Básica Universal para el 80 por ciento de la población.
También, la congelación de los precios de los alimentos, que subieron en los últimos meses aumentando las penurias de miles de familias, así como apoyar la aprobación de un impuesto a los súper ricos, proyecto que se analiza en el parlamento impulsado por la bancada comunista y diputados de otras fuerzas.
Numerosos sindicatos, organizaciones, partidos y movimientos políticos expresaron públicamente su adhesión a la protesta.
Entre estos figuran portuarios, mineros, el movimiento No más TAG, la Asociación Nacional de Empleados Fiscales, el Colegio de Profesores, y los movimientos y partidos de izquierda que conforman la plataforma Chile Digno, Verde y Soberano.
También, la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Chile y organizaciones obreras y profesionales de los más variados sectores.
Se prevé que la huelga se exprese con la inasistencia a las actividades laborales presenciales y el teletrabajo, hasta ‘banderazos’, cacerolazos y todo tipo de actividades que demuestren el descontento, dijo Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT.
Explicó que por la grave situación sanitaria no convocaron manifestaciones o marchas porque ‘debemos cuidar las medidas sanitarias, no queremos exponer la vida, la salud o la integridad de ninguna persona, pero no podemos seguir soportando el peso de la crisis’.
No obstante, según trascendidos, Carabineros de Chile tiene previsto el despliegue de un fuerte contingente policial y controles más férreos en numerosos puntos de esta capital en previsión de que ocurran manifestaciones y protestas callejeras.
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