Este año por la persistencia de la pandemia de Covid-19 no se han realizado las masivas concentraciones y marchas tradicionales y bulliciosas que este día de fiesta obrera estremecen a Ciudad de México y las cabeceras estatales y municipales en todo el país.
Sin embargo, circula un manifiesto conjunto firmado por numerosas centrales, confederaciones, sindicatos y gremios específicos con las demandas esenciales particulares y colectivas que conforman la batalla laboral permanente de obreros y empleados organizados.
Rechazan una reactivación económica sustentada en el saqueo de los recursos naturales, la sobreexplotación de la fuerza de trabajo y la profundización de lazos de dependencia y subordinación económica y política a los Estados Unidos, incluida la política migratoria, y exigen una salida democrática, proletaria y popular a ambas crisis.
Consideran que la construcción de una auténtica transformación del país es impostergable ante la descomposición del régimen de partidos, y el reagrupamiento de la derecha más reaccionaria.
Llaman a rearticular las organizaciones democráticas y auténticas a superar la dispersión, construir una sólida unidad de clase autónoma que participe en todos los procesos de la vida social en la búsqueda de un poder popular real.
Exigen en lo inmediato imponer una mayor carga fiscal a las grandes fortunas acumuladas por los oligarcas mexicanos gracias a la privatización de empresas públicas, explotación de recursos naturales y precarización del trabajo, y destinarlos a la salud, el campo, la educación, la vivienda, la ciencia y la creación de nuevos empleos.
El manifiesto conjunto exige pan y trabajo con paz, justicia y libertad y un desmantelamiento real y a fondo del neoliberalismo revirtiendo sus reformas estructurales.
En ese sentido, agrega la proclama, los trabajadores mexicanos se declaran a favor de una férrea defensa de la salud, el trabajo, la vida, los derechos sociales y laborales de la gente del campo y la ciudad.
Las líneas de acción a ejecutar a partir de este 1 de Mayo, suman un largo inventario de demandas que van desde la defensa de la enseñanza pública laica y gratuita a todos los niveles, hasta libertad sindical, contratación colectiva y renacionalizaciones de sectores entregados al capital privado.
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