Más de cinco millones de personas están llamadas a votar en estos comicios, convocados en marzo por la presidenta de la Comunidad de Madrid y candidata a la reelección por el PP, Isabel Díaz Ayuso, ante el temor de perder el poder mediante una moción de censura.
A juzgar por los sondeos previos, los ‘populares’ deberían mantener el control sobre la comunidad autónoma (región) más rica e influyente de España.
Incluso, numerosas encuestas pronosticaron que doblarían su resultado de mayo de 2019 y rozarían la mayoría absoluta en la Asamblea (parlamento unicameral), fijada en 69 de sus 136 escaños.
Sin embargo, al no poder gobernar en solitario, el PP necesitaría el sostén de la extrema derecha de Vox, algo que Díaz Ayuso consideró que no sería ‘el fin del mundo’, pese al mensaje xenófobo de esa formación.
En este estratégico territorio de 6,7 millones de habitantes, que comprende a la capital española, los conservadores ostentan el poder desde hace dos años gracias precisamente al apoyo de Vox.
Díaz Ayuso se hizo una cara conocida por su oposición frontal al Gobierno central de Pedro Sánchez durante la pandemia de Covid-19, al rehusarse a aplicar las medidas más estrictas contra esa enfermedad causada por el coronavirus SARS-CoV-2.
Bajo el argumento de proteger la economía y en abierto desafío a las recomendaciones nacionales, su administración se negó de manera sistemática a cerrar bares y restaurantes, e incluso se desmarcó de las posiciones asumidas por otras regiones administradas por el PP.
Los votantes de Madrid tendrán que elegir ‘entre socialismo o libertad’, afirmó la dirigente neoliberal al anunciar los comicios autonómicos anticipados, que apenas tendrán una validez de dos años, pues los madrileños deberán votar de nuevo en 2023.
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