Las personas con presión arterial alta, angina y arritmia, son más propensas a beber menos café, el llamado descafeinado o evitarlo por completo, precisó la revista The American Journal of Clinical Nutrition.
Si últimamente optamos con frecuencia por un café liviano o claro como algunos le dicen, y hasta dejamos de tomarlo, es posible que se haya activado un control genético que promueve hábitos saludables, evitando inconvenientes cardiovasculares, puntualizó la fuente.
Los científicos estiman que las personas que consumen grandes cantidades de cafeína cuentan con una mayor tolerancia genética a esta sustancia.
Quienes optan por beber poco café o eligen una variedad descafeinada serían más propensos a sufrir los efectos adversos de la cafeína, por ejemplo la hipertensión arterial.
Concluye el estudio que una especie de alarma genética nos indica la cantidad precisa de café que debemos consumir para preservar nuestra salud cardiovascular teniendo en cuenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
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