En lo que va del año, señala el informe, un gran número de inversionistas extranjeros sacaron grandes recursos del país, que fueron repuestos por los mexicanos radicados en el exterior, sobre todo en Estados Unidos, donde viven entre 34 y 36 millones.
Según el ente emisor, desde el cierre del año pasado a la fecha, inversionistas foráneos han vendido posiciones por 104 mil 138 millones de pesos (unos cinco mil 200 millones de dólares) en bonos gubernamentales mexicanos.
Pero en los primeros tres meses de este año los migrantes mexicanos remesaron al país 10 mil 623 millones de dólares, equivalentes a aproximadamente 213 mil 500 millones de pesos, según los datos más recientes del banco.
Lo anterior significa, aclara, que en sólo tres meses los connacionales introdujeron en el país 105 por ciento más divisas de las que los extranjeros sacaron en cuatro meses.
El banco estima que en México alrededor de 1,8 millones de familias reciben este tipo de recursos, en su mayoría núcleos de bajos ingresos, por lo cual las remesas son consideradas un motor de la economía.
En tanto, la salida de capitales se refiere a inversionistas que vendieron sus posiciones en deuda gubernamental, la mayoría de las veces al percibir inestabilidad económica en el país, por lo cual optan migrar a otras naciones consideradas más seguras o pagan mayores tasas de interés.
En 2020, producto de la incertidumbre provocada por la pandemia de la Covid-19, se registró una salida sin precedente de capitales foráneos al alcanzar un monto de casi 13 mil millones de dólares, pero las remesas superaron los 40 mil millones.
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