De cara al presente y próximo año, las perspectivas para Latinoamérica son positivas y se espera un alza del 4,9 y cuatro por ciento, respectivamente, de los envíos de dinero.
En tanto, a nivel global la Unctad espera un incremento de 2,6 por ciento en 2021 equivalente a 553 mil millones de dólares y del 2,2 por ciento en 2022 hasta alcanzar los 565 mil millones de dólares.
La pandemia que inició en 2020 mantuvo las remesas casi en el mismo nivel de 2019, con una reducción de apenas el 1,6 por ciento, mucho menor que en la crisis de 2009, aunque hubo caídas en Europa y Asia central, este de Asia y Pacífico, mientras se registraron aumentos en Latinoamérica, Medio Oriente, el norte de África y sur de Asia.
En 2020, el envió de dinero por parte de los migrantes a sus países de origen fue de 540 mil millones de dólares, cantidad ligeramente menor a los 548 mil millones de dólares del año precedente.
A Latinoamérica y el Caribe llegaron 103 mil millones de dólares en 2020, a pesar de que el volumen cayó en el segundo trimestre del año pasado, pero repuntaron en el tercero y cuarto trimestres.
El reporte sobre Migración y Desarrollo de la Unctad plantea que los principales motores del flujo de remesas fueron los estímulos fiscales, las mejoras en las expectativas económicas de los países donde trabajan los migrantes, el incremento de canales formales digitales para el envío de remesas y aumento de precios del petróleo y mejores tipos de cambio.
En el mundo, el país que recibe más remesas es India, seguido de China, México, Filipinas y Egipto, en cambio, si se toma en cuenta lo que representan en relación con el producto interno bruto, las cinco naciones donde este flujo es más importante son Tonga, Líbano, Kirguistán, Tayikistán y El Salvador.
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