Los miembros del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara Baja llegaron el viernes a un consenso para establecer un panel de ese tipo, similar al que se creó para indagar sobre los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, que estaría integrado por 10 miembros, cinco de cada partido.
‘No puedo apoyar esta legislación debido a las desviaciones políticas que empañaron ese proceso, la naturaleza contraproducente de este esfuerzo, y porque el alcance previsto para la comisión no incluye otras formas de violencia política’, dijo McCarthy en un comunicado emitido este martes.
El congresista explicó que la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi (D), se negó a negociar de buena fe sobre los parámetros para formar el grupo y que el plan demócrata no incluye una pesquisa acerca de los disturbios en las ciudades estadounidenses.
‘La presencia de esta violencia política en la sociedad estadounidense no se puede tolerar ni pasar por alto’, escribió McCarthy, en referencia a las manifestaciones contra la brutalidad policial y el racismo que tuvieron lugar en meses recientes.
Según expertos citados por el diario The Hill, la oposición de McCarthy probablemente llevará a que más republicanos se le unan para votar en contra del proyecto de ley que intenta crear la comisión bipartidista.
Sin embargo, varios congresistas del partido rojo dijeron el martes por la mañana que siguen indecisos, aunque de todas formas la oposición de McCarthy puede dificultar que los demócratas obtengan el apoyo de al menos 10 senadores republicanos para su aprobación en la cámara alta.
Pelosi propuso inicialmente una comisión donde los demócratas podrían nombrar a más miembros que los republicanos, pero finalmente hizo una concesión al Partido Republicano para dividirlo en partes iguales.
Aun así, McCarthy y otros de sus correligionarios pidieron que se amplíe el alcance de la comisión, en medio de una campaña de esa agrupación política para minimizar el papel del expresidente Donald Trump en los eventos del 6 de enero.
Los detalles sobre ese asalto, realizado por seguidores de Trump durante una sesión conjunta del Congreso para certificar el resultado de las presidenciales de 2020, están en el centro de una pesquisa que realizan desde hace varios meses diversas agencias norteamericanas, incluyendo las unidades que protegen la sede del legislativo federal.
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