Llevan el nombre del prócer cubano los beneméritos Liceo y Colegio Nocturno de Puntarenas, capital de la provincia del mismo nombre, donde estuvo Martí en 1894.
En el acto solemne, transmitido por la plataforma Zoom, la presidenta de la Asociación, Dulce Umanzor, destacó que pese a la crítica situación nacional y mundial por la pandemia de Covid-19 no podían dejar pasar por alto recordar a tan insigne figura, al amigo sincero, porque seguiremos pensando a Martí como un ejemplo.
Exaltó que Martí es una figura universal y en Costa Rica, pero específicamente en Puntarenas lo sentimos nuestro porque nos identificamos con su legado.
Tanto el director del Liceo, Christian Mondragón, como el del Colegio Nocturno, Rodolfo Centeno, resaltaron la importancia del ideario martiano.
El primero llamó a seguir su ejemplo, tal y como lo expresa el himno de su centro educativo, mientras el segundo pidió hacer de cada uno su pensamiento El deber ha de cumplirse sencilla y naturalmente.
La actividad comenzó con la colocación de una ofrenda floral de rosas blancas ante el busto de Martí a la entrada del Liceo y del Colegio Nocturno.
Incluyó además un recital de poemas de Martí, Cultivo una rosa blanca, por Miriam Salas, estudiante de séptimo año del Liceo; Domingo triste, por el director del Teatro Vías, Pedro García; y Los zapaticos de rosa, por la profesora y exalumna del Liceo Fressy Ortega.
Asimismo, el catedrático de la Universidad Nacional Rafael Cuevas dictó la conferencia José Martí, su pensamiento, su tiempo, en la que hizo un recorrido por la situación regional y mundial desde inicios hasta finales del siglo XIX y cómo ello influyó en la formación del Héroe Nacional cubano desde muy temprana edad.
Finalmente, el embajador de Cuba en Costa Rica, Jorge Rodríguez, agradeció tan sentido homenaje al Apóstol en esta nación centroamericana, donde dejó una profunda huella, con tan sólo haberla visitado en dos ocasiones, rememoró.
Martí y Maceo constituyen símbolos de la amistad entrañable entre los dos pueblos, subrayó Rodríguez, pues no se puede hablar de la historia de estos luchadores por la independencia de Cuba de España sin mencionar el importante papel desempeñado por este país en esa gesta y también en la lucha contra la tiranía de Fulgencio Batista.
En la organización de la Guerra del 95 (1895) o Necesaria, Martí estuvo en dos ocasiones en Costa Rica (1893 y 1894) para incorporar a la nueva contienda a relevantes luchadores como el lugarteniente general Antonio Maceo y el general Flor Crombet, entre otros.
Maceo y otras 100 familias llegaron a este país a inicios de la década de los 90 del siglo XIX y fundaron la colonia agrícola La Mansión de Nicoya, en la provincia de Guanacaste.
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