A las 02:00, hora local, entró en vigor el cese del fuego decretado por el Gobierno de Tel Aviv bajo una fuerte presión internacional el cual, sin embargo, deja latente las causas del estallido de violencia iniciado el pasado 10 de mayo por disparos de cohetes desde Gaza contra ciudades israelíes.-
Los casi 11 días de bombardeos incesantes e indiscriminados contra la franja de 385 kilómetros cuadrados, en la cual habitan casi dos millones de personas, causaron la muerte de 243 personas, de ellas 66 niños, 39 mujeres y 17 ancianos, según el Ministerio de Salud palestino.
Los comunicados oficiales israelíes identifican a las víctimas fatales de sus bombardeos como miembros de Hamas (Fervor, en árabe) el movimiento islamista palestino que gobierna Gaza.
Esta mañana el reporte de muertes fue aumentado por una decena de cadáveres extraídos por socorristas de los escombros de viviendas en los distritos de Al Hawa, Jan Yunis y Al Karara, entre ellos el de una menor.
El parte del ente sanitario reporta, además, mil 910 heridos, un número indeterminado de los cuales morirá por falta de equipos y medicamentos debido al bloqueo impuesto por Israel a ese territorio desde hace casi tres lustros.
Del lado israelí los misiles palestinos causaron 12 muertes, entre estas dos ancianos atropellados por sus vecinos durante una alarma de bombardeo.
Los daños materiales en Gaza…aún están por cuantificar, pero su magnitud puede ponderarse por las declaraciones del secretario general de la ONU, António Guterres, quien dijo la víspera ante el plenario de ente planetario que la vida en esa zona ‘es un infierno en la tierra para los niños’.
En tanto, policías israelíes atacaron con balas de goma y gases lacrimógenos a fieles palestinos en la explanada de las Mezquitas, en Jerusalén este, Al Quds para los musulmanes, uno de los tres lugares más sagrados del Islam.
Fuentes sanitarias palestinos reportaron que por lo menos 15 personas, entre ellas mujeres, fueron trasladadas a hospitales en la ciudad de Ramala para ser atendidos con síntomas de asfixia e impactos de los disparos de los policías de la potencia ocupante.
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