La conversación de esta semana en la capital de Islandia, en el marco de la reunión del Consejo Ártico, constituyó el primer acercamiento oficial entre el Kremlin y la nueva administración de la Casa Blanca.
El diálogo llegó marcado por la acusación de ‘asesino’ del presidente estadounidense, Joseph Biden, contra su homólogo ruso, Vladimir Putin, por un grupo de nuevas sanciones hacia la nación euroasiática, y por una crisis diplomática sin precedentes.
Ante tal panorama, el propio hecho de que Lavrov y Biden se sentaran a la misma mesa para revisar una larga lista de diferencias, fue considerado positivo por ambas partes y por expertos conscientes de que se trata de dos potencias económicas y nucleares.
Como declaró Lavrov después del encuentro, ‘la situación general en el mundo depende mucho de las relaciones entre Moscú y Washington’.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia calificó de constructivas las conversaciones con su homólogo de Estados Unidos y subrayó que existe un entendimiento de la necesidad de superar ‘la situación malsana’ que se ha desarrollado en los años anteriores.
Los diplomáticos reiteraron la voluntad de sus gobiernos de limar asperezas y manifestaron la posibilidad de discutir temas como el Plan de Acción Integral Conjunto vinculado al programa nuclear iraní, los problemas en la península coreana y en Afganistán.
Lavrov opinó que Moscú y Washington deben cooperar ‘en las esferas donde nuestros intereses coinciden y donde podemos sacar un resultado positivo’, en particular, en la estabilidad estratégica y en la resolución de conflictos.
Rusia saludó las nuevas ‘señales positivas’ en las relaciones con Estados Unidos, luego que ese mismo miércoles del diálogo en Reykiavik, el gobierno de Biden dejara sin efecto las sanciones contra la empresa Nord Stream 2 AG, operadora de las obras del gasoducto Nord Stream 2.
En Islandia, Lavrov y Biden no dieron información sobre la fecha y el lugar de las anunciadas conversaciones entre los presidentes de Rusia y Estados Unidos, pero resultó evidente que la mesa está servida para el encuentro.
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