Un comunicado del ente gubernamental precisó que los rebeldes enemigos fueron interceptados por las fuerzas armadas ruandesas cuando a través de un río penetraron en el territorio nacional desde la comunidad burundesa de Mayabi.
Tras el choque armado, el Ejército arrebató a los insurgentes valioso material bélico, incluidas armas, granadas, una antena de radio Motorola y uniformes militares, indicó la fuente, la cual refirió que los asaltantes retornaron a su base en territorio burundés.
El choque armado entre ambas partes ocurre cuando más una veintena de personas asociadas al FLN, considerado brazo armado del denominado Movimiento Ruandés para el Cambio Democrático, son juzgadas por tribunales de Kigali, difundió el portal digital New Vision.
Según la publicación, a tales personas se les acusa de matar a nueve civiles en localidades fronterizas de este territorio con Burundi en el período de 2018 a 2019.
Varios de los procesados ya se declararon culpables de cometer asesinatos, secuestros, incendios provocados y unirse al FLN, organización considerada terrorista por las autoridades de Kigali.
Al recordar la matanza de personas en Ruanda en 1994, el presidente de esta nación, Paul Kagame, afirmó recientemente que para los ruandeses la seguridad es un asunto prioritario, ya que todos quieren vivir en medio de un clima de paz y tranquilidad.
Según Naciones Unidas, el genocidio en Ruanda, ocurrido entre abril y julio de 1994, costó la vida a unas 800 mil personas, fundamentalmente de la minoría tutsi, pero también de hutus moderados.
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