El líder del partido Lòd Demokratik (Orden democrático) alertó que la nueva carta magna, que debe aprobarse en un plebiscito el próximo 27 de junio, podría hundir al país en el abismo de la inestabilidad durante los próximos 50 años.
También expresó su desconfianza hacia la comunidad internacional que criticó la falta de transparencia e inclusión del proceso, aunque no adoptó por el momento otras medidas.
Un discurso similar esgrimió Moïse Jean Charles, al frente del partido Pitit Dessalines que incluso alentó a la población a quemar los materiales electorales recientemente llegados al país, y llamó a una revuelta.
Criticó asimismo la postura de países occidentales que abiertamente rechazan el referendo, pero luego brindan acceso a los suministros necesarios para llevarlo a cabo.
Estas posturas se multiplicaron en los últimos días, sin embargo, aún la oposición no consigue formar un bloque unitario contra el Gobierno, y las estructuras creadas para estos fines se disuelven sin alcanzar resultados concretos.
A inicios de esta semana, el Sector Democrático y Popular, una de las plataformas más hostiles a la actual administración se distanció de la Dirección de la Oposición Democrática (Dirop), fundada el año pasado por decenas de partidos y organizaciones.
En su comunicado alegaron que la historia y posiciones de principio del Sector Democrático no facilitaron la cooperación con el Dirop, y las divisiones fueron más evidentes durante la crisis en el proceso de mediación política impulsado por la plataforma Religiones por la Paz.
El Sector Democrático también sufrió pérdidas sensibles a finales del pasado año, cuando abandonó la estructura el influyente exsenador Kély Clédor Bastien, y en solidaridad también lo hicieron representantes en el departamento Norte.
Mientras las fricciones entre los opositores continúan, el Gobierno avanza en la realización del polémico referendo y la víspera confirmó el calendario electoral que también prevé comicios generales para mediados de septiembre.
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