Creo que algunos de los comentarios que escuché no guardan relación con la realidad, se limitó a afirmar el gobernante conservador, al ser interpelado por periodistas sobre la veracidad de los alegatos de Dominic Cummings, quien hasta diciembre pasado fue su mano derecha en el número 10 de Downing Street.
En una maratónica sesión de siete horas la víspera ante dos comités parlamentarios, Cummings, afirmó que al comienzo de la pandemia, el primer ministro trató de minimizar el riesgo de la amenaza sanitaria, y la calificó de ‘historia alarmista’.
Aseveró además que Johnson demoró de forma deliberada la imposición de los confinamientos, y corroboró versiones de prensa de que en una ocasión dijo que prefería ‘ver cadáveres amontonados por miles en las calles’ antes de decretar otra cuarentena en Inglaterra.
Cummings también acusó al ministro de Salud, Matt Hancock, de mentirle repetidas veces tanto al gabinete de gobierno como al público sobre la situación de la pandemia en el Reino Unido.
En resumen, dijo el exconsejero, la mala gestión de la Covid-19 provocó decenas de miles de muertes innecesarias en el país.
Johnson recordó este miércoles durante una visita a un hospital de Colchester que ya negó en el pasado haber dicho que prefería ver los muertos amontonados en las calles, y se rehusó a comentar los cuestionamientos de Cummings sobre su capacidad para gobernar el país.
El titular de Salud, en cambio, sí se defendió este miércoles en el Parlamento, donde calificó de graves e infundadas las acusaciones en su contra, y aseveró que siempre he sido sincero con la gente, en público y en privado.
Con cerca de cuatro millones 500 mil casos positivos a la Covid-19 y casi 128 mil muertos, el Reino Unido es el país europeo más afectado por la enfermedad provocada por el coronavirus SARS-CoV-2, y el quinto del mundo, después de Estados Unidos, Brasil, India y México
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