Los hermanos Fabio y Nicola Riva, expropietarios de la empresa gestora del complejo siderúrgico y principales implicados en el proceso iniciado en mayo de 2016, fueron condenados a 22 y 20 años de privación de libertad, respectivamente, según el fallo leído por la jueza Stefania D’Errico.
Por su parte, el exgobernador de la región de Apulia, Nichi Vendola, fue sentenciado a tres años y medio de cárcel por el delito de concusión agravada, al interferir con la Agencia Regional para la Protección del Ambiente con vistas a edulcorar los informes sobre la contaminación.
En el juicio fueron condenados también otros dirigentes de la empresa, políticos, funcionarios y expertos cómplices del desastre ambiental generado por el afán de lucro.
La actual ‘Acerías de Italia’ es una sociedad por acciones cuyo principal objeto social es la producción y transformación de acero en varios establecimientos, el principal de ellos el de Táranto, además de otros en Génova, en la región de Liguria, Novi Ligure y Racconigi, en Piamonte; y Marghera, en Véneto.
La historia más reciente de la principal acería europea comenzó en abril de 1965 con la inauguración en aquel lugar de la empresa de propiedad pública Italsider, la mayor siderúrgica italiana desde entonces, rebautizada ILVA, como se llamó una sociedad anterior fundada en Génova en 1905.
Tras múltiples contratiempos y graves momentos de crisis, el complejo fue privatizado y vendido en mayo de 1995 al Grupo Riva y un decenio más tarde sometido a un régimen de administración extraordinaria por problemas económicos y los severos daños ambientales causados en su entorno.
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