El reporte vaticina que habrá un decrecimiento económico libanés de 10 por ciento en 2021 y destaca sobre el no punto de inflexión en el horizonte.
Líbano incumplió con su deuda el año pasado, hay una devaluación monetaria de 90 por ciento y la pobreza devastó a más de la mitad de los seis millones de habitantes.
‘Es probable que la crisis económica y financiera se ubique en el top 10, posiblemente el top 3, de los episodios de crisis más severos mundiales desde mediados del siglo XIX’, aseveró el texto.
Un reciente artículo de Economic Monitor, titulado ‘El Líbano se hunde: entre los tres primeros’, precisó que tales colapsos económicos suelen ser el resultado de conflictos bélicos.
La debacle económica de este país, acentuada desde octubre de 2019, se atribuye en gran medida a la corrupción, el saqueo al erario y la mala gobernanza.
‘Las respuestas políticas de los jefes políticos resultaron muy inadecuadas’, apuntó el informe.
En todos los casos, la cúpula dominante maniobró sin pericia ante las emergencias económicas que ahora se agravaron con la pandemia del coronavirus y la explosión en el puerto de Beirut en agosto de 2020.
A juicio del Banco Mundial, las condiciones socioeconómicas cada vez más nefastas ponen en riesgo fallas nacionales sistémicas con efectos regionales y tal vez globales.
El Fondo Monetario Internacional ofreció su apoyo, pero los dirigentes ni siquiera acuerdan formar un gobierno que pudiera negociar con ese ente mundial que a su vez impone medidas antipopulares para entregar ayuda.
Según la institución monetaria, la economía libanesa se contrajo 6,7 por ciento en 2019 y 20,3 por ciento en 2020 y las previsiones de 2021 implican pocas posibilidades de una recuperación en lo inmediato.
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