Mediante un comunicado, la agrupación rebelde, integrada al parlamento provisional, advirtió también que no será parte de la actual transición si no se respetan sus prioridades, entre ellas las disposiciones incluidas en el Convenio de Paz Intermaliense, suscrito hace seis años en Argelia.
Analistas consideran que ese acuerdo, firmado entre el Ejecutivo y el CMA, representa un paso de avance hacia la consolidación progresiva de la paz en Mali y la estabilidad en la región del Sahel, afectada por la actividad de entes radicales islámicos.
El pacto, incluye, entre otros puntos, que los separatistas de la etnia tuareg integren el Ejército nacional y la parte septentrional de este país saheliano tenga mayores competencias desde el punto de vista gubernamental, precisaron medios de prensa locales.
Contempla además la configuración de una fuerza de seguridad regional y un plan de desarrollo.
Las exigencias del movimiento tuareg se dan a conocer cuando Mali vive un complicado panorama político, luego de que la pasada semana, el coronel Assimi Goita, ordenó la detención del entonces presidente interino, Bah Nadaw, y el primer ministro Moctar Ouane, quienes bajo presión renunciaron a sus respectivos cargos.
Tras su autonombramiento posterior como presidente del gobierno de transición, Goita fue ratificado hace tres días en ese cargo por el Tribunal Constitucional.
También, la víspera la Comunidad de Estados de África Occidental suspendió a Mali como miembro de la organización subregional por el perpetrado reciente golpe de estado, y demandó el nombramiento de un primer ministro civil y un Ejecutivo inclusivo que cumpla con el plan de transición.
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