De acuerdo con Eurostat, la inflación se situó en el límite superior establecido por el BCE, que pretendía ubicarla ‘cerca, pero por debajo’ del 2,0 por ciento.
Esa aceleración refleja el encarecimiento del 13,1 por ciento de los costos de la energía, frente a la subida interanual del 10,4 de abril. Mientras los alimentos frescos se mantuvieron estables, tras bajar un 0,3 por ciento el mes anterior
Al remover el segmento energético, la inflación central avanzó 0,9 en mayo, frente al 0,7 de abril.
En tanto, al dejar fuera también el precio de los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, la tasa de inflación subyacente marcó 0,9 por ciento, dos décimas por encima frente al mes precedente, puntualizó.
El indicador, explicó la oficina, alcanzó esos registros respaldado por la flexibilización de las restricciones adoptadas por la pandemia Covid-19, y amplió que en 2020 durante cinco meses consecutivos la trayectoria inflacionaria se mantuvo en terreno negativo situaciòn que canmbió a partir de enero. No obstante, el BCE pronostica que el repunte inflacionario será temporal, por lo cual no tiene previsto modificar, por el momento, su política monetaria hasta que la región se encuentre en una coyuntura económica más robusta.
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