En lo que resta de año, el estado no acudirá al mecanismo de los bonos para tratar de conseguir dinero fresco, aunque podría ser una alternativa durante 2022, precisó la titular citada por el diario Jornal de Angola en su versión digital.
Al decir de la funcionaria, el ejecutivo centra su atención ahora en las pláticas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), en espera de un resultado satisfactorio para el actual proceso de revisión por parte del organismo, del cual Angola es estado miembro.
Los efectos directos e indirectos de la Covid-19 deterioraron el desempeño económico del país, aunque el gobierno mantiene la apuesta por la diversificación productiva a fin de reducir la elevada participación del sector petrolero en el Producto Interno Bruto (PIB), explicó.
En estos momentos, corroboró, el Ejecutivo evalúa las posibles opciones para lograr un segundo programa de financiamiento con el FMI, apenas finalice el actual paquete por cuatro mil 500 millones de dólares.
De acuerdo con el Banco Africano de Desarrollo (BAD), la economía angoleña transita desde 2016 por un proceso recesivo, lo cual condujo al incremento de la deuda, la cual pasó del 57,1 por ciento del PIB en 2015 al 120,3 por ciento en 2020.
Mientras el índice de pobreza multidimensional reveló una proporción del 51 por ciento al considerar para 2020 una población total de alrededor de 31 millones de habitantes, avaló un estudio del Instituto Nacional de Estadística en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
En una reciente entrevista con Bloomberg, el presidente del BAD, Akinwumi Adesina, comparó la creciente deuda de África como si fuese una carrera montaña arriba cargando una mochila llena de arena.
La situación, alertó, se agravó en el contexto de la Covid-19, no solo debido a la caída de los ingresos por la desaceleración de la demanda global, sino también por el necesario incremento del gasto público para contener la propagación de la pandemia.
Pronósticos del FMI admitieron que la ratio entre la deuda pública africana y el PIB crecerá este año 10 puntos porcentuales, del 60 al 70 por ciento.
De 2006 a 2019, la deuda externa de África aumentó de 100 mil millones de dólares a 309 mil millones y la crisis de la Covid-19 dificultó mucho más el cumplimiento de las obligaciones financieras, mientras empeoró la precariedad de millones de personas, coindicen distintos análisis especializados.
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