Mónica Rabelo, representante permanente de la nación centroamericana ante el organismo de ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), instó a ese ente y de conjunto a otras agencias del Sistema de Naciones Unidas a ‘responder a las demandas urgentes de nuestras poblaciones’ en particular las menos protegidas, las comunidades rurales y los pueblos indígenas.
Rabelo intervino en nombre del ministro Agropecuario de su país, Edward Centeno, en el plenario de la cuadragésimo segunda Conferencia de la FAO, principal instancia de ese organismo de ONU, la cual se desarrolla hasta el próximo día 18 en formato virtual.
El debate este martes giró en torno al documento El estado mundial de la agricultura y la alimentación, bajo la premisa, ‘Transformación de los sistemas alimentarios agrícolas: pasar de la estrategia a la acción’.
Sobre el tema, Rabelo precisó que la FAO ‘debe liderar y acompañar aún más esos procesos’ al tiempo que destacó la importancia de aportar conocimientos técnicos necesarios, favorecer la Cooperación Sur-Sur y Triangular, además de asesorar la gestión de financiamiento sostenible de programas para el desarrollo.
Antes explicó que el 2020 marcó un antes y un después en el escenario mundial y cómo previo a la pandemia de la Covid-19 el hambre crecía en casi todas las subregiones del mundo con alrededor de dos mil millones de personas con inseguridad alimentaria moderada o grave.
La crisis sanitaria, comentó, repercute inevitablemente en la economía mundial, en los sistemas de salud, la seguridad alimentaria y nutricional y en los sistemas alimentarios, lo cual representa un ‘enorme desafío para alcanzar el objetivo del hambre cero’ y otros objetivos de la Agenda 2030, principalmente en países en desarrollo.
Detalló que el gobierno de Nicaragua, a tenor con la magnitud del problema, aplicó los debidos protocolos de sanidad e incluso en la fase más difícil de la pandemia mantuvo el impulso a sus programas y estrategias, para garantizar el derecho a la alimentación, al trabajo, la salud, la educación y preservar la economía.
Ello aseguró preservar los niveles de producción, garantizar el suministro de alimentos a la población e incluso aumentar las exportaciones de productos agropecuarios, en un contexto mundial tan complejo, manifestó la embajadora.
Su país, tal como explicó, ‘antes y durante esta difícil fase’ comprendió que para para lograr transformar los sistemas agrícolas, era necesaria la implementación de instrumentos y procesos transversales e interrelacionados para desarrollar sistemas agrícolas y alimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
Nicaragua, sostuvo Rabelo, mantiene su compromiso de continuar luchando contra el hambre y la pobreza, a través de políticas de justicia social en las cuales el pueblo es y será el protagonista de sus transformaciones.
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