Biden arribó luego de sostener reuniones con sus más cercanos aliados del G7 y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a los que intentó tranquilizar tras las experiencias sufridas por los aliados durante la administración de su predecesor, Donald Trump.
El mandatario llegó en el avión presidencial Air Force One al aeropuerto internacional de Ginebra, donde lo recibieron el presidente suizo, Guy Parmelin, y otras autoridades locales, todo en medio de estrictas medidas de seguridad.
Más de cuatro mil policías y militares suizos, así como centenares de otros agentes de seguridad participan en el operativo para garantizar que la cumbre ruso-estadounidense tenga lugar sin dificultades, como está previsto, en Villa La Grange y el parque adyacente, donde Biden y Putin deben encontrarse durante unas horas el miércoles.
Un alto funcionario estadounidense que viaja con el jefe de la Casa Blanca informó a los reporteros que cubren el evento que la reunión entre ambos estadistas durará unas cuatro o cinco horas, y posteriormente cada uno ofrecerá una conferencia de prensa por separado.
Biden se reunirá primero con Putin el miércoles por la tarde en Ginebra junto al secretario de Estado, Antony Blinken, y el canciller Sergey Lavrov, así como los traductores.
Posteriormente, funcionarios rusos y norteamericanos se trasladarán a una reunión ampliada, en la que estarán presentes cinco miembros de cada delegación, además de Biden y Putin.
Medios de prensa estadounidenses insisten en que la Casa Blanca tiene bajas expectativas ante esta cumbre, y citan a altos funcionarios según los cuales el propósito de Biden es solo llevar las relaciones entre Moscú y Washington hacia una situación más predecible y estable.
agp/rgh