En una declaración ante la sesión abierta del Consejo de Seguridad, el representante permanente ante el organismo mundial, Abdallah Ali Fadl, denunció la ‘violación masiva y sin precedentes’ del derecho internacional e instrumentos internacionales relacionados con los derechos de la infancia.
Los hutíes ‘continúan reclutando a miles de niños’ en áreas bajo su control y los obligan a huir de sus hogares y de las escuelas para incorporarlos a los frentes de la guerra, indicó el texto.
Asimismo, añadió, establecen campamentos de verano para miles de menores, donde los alimentan con la cultura del odio y el terrorismo.
El documento se refirió a los más de seis años transcurridos desde el golpe de estado de las milicias armadas que violentó ‘la autoridad legítima del país y sus aspiraciones’.
En ese sentido, reconoció que la insurrección armada desencadenó ‘sufrimiento y la peor crisis humanitaria del mundo’, además de arrojar ‘dolorosas sombras’ sobre las condiciones económicas, sociales y de vida de los niños yemenitas.
Al referirse a las acciones de paz para poner fin al conflicto, Ali Fadl afirmó que su gobierno apoya plenamente los esfuerzos actuales y mencionó en particular a los enviados especiales para Yemen, Martin Griffiths, de la ONU, y Timothy Lenderking, de Estados Unidos.
También dio la bienvenida a la reciente iniciativa de Arabia Saudita y al rol desempeñado por el Sultanato de Omán de poner fin a la crisis mediante un alto el fuego integral, paso ‘humanitario importante’ para tratar todos los asuntos, incluidos los económicos, apuntó.
El representante yemenita ante las Naciones Unidas subrayó la voluntad y compromiso de su gobierno con esas propuestas, así como con los esfuerzos diplomáticos y políticos realizados.
Expresó que ante la flexibilidad y concesiones de las autoridades de su país para evitar mayor derramamiento de sangre y alcanzar la paz integral, las milicias hutíes respondieron con mayor escalada contra la ciudad de Marib, la cual acoge la mayor concentración de desplazados.
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