En su mensaje por el Día Mundial de los Refugiados, resaltó Guterres cómo esas personas demostraron una vez más en la actual crisis sanitaria su invaluable contribución a sus sociedades adoptivas como trabajadores esenciales y de primera línea.
Pero para muchos, observó, la pandemia acabó con sus medios de vida, provoca más estigmatización y difamación y los expone de forma desproporcionada al virus SARS-CoV-2.
Guterres también reconoció la labor de los países que acogen refugiados y recalcó que aún es necesario mucho más apoyo de los Estados, el sector privado, las comunidades y las personas con el fin de avanzar juntos hacia un futuro más inclusivo, libre de discriminación.
Los refugiados que he conocido me mostraron lo que significa reconstruir su propia vida mientras reúnen la fuerza para enriquecer la vida de los demás, expresó.
‘Como Alto Comisionado para los Refugiados durante 10 años, me inspiró su coraje, resistencia y determinación.’
Asimismo, el titular manifestó su admiración por todo lo que esa comunidad enseña sobre el poder de la esperanza y la curación.
La guerra, la violencia y la persecución han obligado a más de 80 millones de personas en todo el mundo a huir de sus hogares, dejando todo atrás para salvarse a sí mismos y a sus familias, lamentó el diplomático portugués.
Asimismo, insistió, los refugiados deben comenzar de nuevo sus vidas y tenemos el deber de ayudarlos, pero solo podremos tener éxito si nos mantenemos unidos.
La Asamblea General de la ONU adoptó el 4 de diciembre de 2000 una resolución que declaraba el 20 de junio Día Mundial de los Refugiados, haciéndolo coincidir así con el aniversario de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de 1951.
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